17.1.17

Recién me sentí réplica de vos,
duplicando, sin darme cuenta,
tu forma de rascarte la barba:
las dos manos trepando
de abajo hacia arriba,
de arriba hacia abajo,
lentamente,
con las uñas contra la piel,
con las yemas contra la piel,
para morir en el mentón.
(Distraerme, escribiendo esto, me distrajo de hundirme mucho tiempo en lo que llamamos memoria… memoria… memo ría… no, me moría.)

28.12.16

Calar papel, para mí, es una forma de meditación. Empiezo dando vueltas, observando el papel… percibiendo texturas, marcas… Y me dejo llevar, sin pensarlo mucho, por esa voracidad que me invade frente al papel en blanco. No hay errores; sólo líneas que se convierten en otras, en una metamorfosis permanente, donde todo es posible y todo está bien. Es un espacio de juego, de libertad. Las reglas las ponés vos. La regla es que no hay regla. El error como desafío, dentro de una búsqueda constante e infinita. Una danza de forma, contraforma, luces y sombras.

8.12.16

Sonreí, cómplice de la vida, al ver por la ruta el cartel desgastado de un vivero rezar “vive”. Me iluminé por el poder de la causalidad.

9.7.16

#unahistoriaenseispalabras

Ganaste. Ya no te quiero más.

26.6.16

meditación

Caminaba en el lugar,
con el sol abrazándome.
Y las olas furiosas
formaban remolinos
que no rompían,
ni empezaban.
Sólo vibraban, tensas,
como queriendo liberarse.

1.6.16

#unahistoriaenseispalabras

Extraño estar con vos; no, acompañada.

#unahistoriaenseispalabras

Te vi perderte en mi cintura.

31.5.16

#unahistoriaenseispalabras

Un abrazo con sonrisa. Las ganas.

1.5.16

Y se quedaron ahí,
quietos.
Enfrentados.
Mirando el extremo opuesto
de la habitación.
Mirando sin mirar.
Como dos rocas gigantes,
desgastándose
con cada minuto que se iba.

27.3.16

porque vos sos
lo que siempre fuiste
y lo que nunca
vas a volver a ser

25.11.14

En Nymphomaniac de Lars von Trier el padre de Joe le dice:
“It’s actually the souls of the trees that we see in the winter.”

Quizá es eso. Siempre me interesó más lo oculto, lo enterrado, que la imagen voluptuosa de la felicidad efímera. Más real, tal vez, o por lo menos más integral en la configuración de un ser. Quizá ahí reside mi fascinación con los árboles. Esa desnudez que trasluce el paso del tiempo. Que es acción y huella. Que duele, porque está vivo. Porque cambia, crece, se quiebra, estruja, resquebraja… pero sigue. Siempre, sigue.

14.4.14

Estaba esperando el momento en que dejara de crecer,
en el que fuera mi yo final,
para encontrarte. 

Tener todo resuelto,
poder definirme; 
poder verme desde todos los ángulos, 
idéntica a mí misma. 
Coherente conmigo misma, 
un todo cerrado, 
hermético. 
Indisoluble. 

Infalible.

Quiero poder pararme en frente tuyo sabiéndome sincera,
sabiendo que no voy a romper la promesa de ofrecerme así, 
para siempre así.

Pero no puedo prometer lo eterno. 
Lo estático.

No te miento. No te quiero mentir.

Me miento al no mentirte,
porque en el fondo 
quiero que sea verdad. 
Quiero poder confiar en mí. 

Como si yo fuese siempre una...


Siento qu e   m e     e v   a  p o   r     o   .

21.1.14

hay como una cuestión con los nombres
como un maleficio
una repetición infinita
-¿o simétrica?-
un deseo latente, insaciable

personas que se repiten
se repite la silueta,
el contorno que envuelve,
lo superfluo,
lo estúpido,
envuelve lo que es disímil
pero sin embargo idéntico
por sonoridad
por sombra.

son hilos que entretejen
que me atraen
hacia ellos, terribles
erres y efes y jotas
que se burlan
por esa danza maléfica
que me arrastra

y me deja varada,
los hilos cortados,
la ruta vacía
las erres, las efes, las jotas,
sólo letras vacías,
carentes de significado
carentes,
sin ente

sombras,
persigo sombras

24.5.13

yo también seré polvo y vacío?
ese negro insondable
que cae
y cae
y nunca termina

de entender.
porque con cada muerte
me crece un vacío
que se lleva todo el aire
y pesa.

como si fuera 
yo
la que se va.

porque soy
yo
la que se va.

de a poco


un desvanecimiento.
así, como si nada...


somos nada?

12.4.13

cómo te ramificás
sin perder tu forma,
sin atarte; son alas,
parte de esa esencia 
auroraborealística,
tan efímera, tan.

2.12.12

mirar adentro

aprendí
a abrazar
el abismo
y dejarme
atravesar
por las cosas,
por personas,
por mí.

sin resistencia
a la mutación
inevitable
e infinita
que nos da forma
y sentido,
alma
y color.

15.11.12

diálogos i

fósil.
un alma vieja disecada. 
sucia. quebrada.
me paralizó 
mi parálisis eterna.
quiero viajar,
irme lejos.
el cambio viene de adentro. 
como un fuego. incontenible.
decime qué necesito, qué quiero.
decime cuándo y dónde. decime cómo.
no sé ya nada.

es todo tan borroso,
no sé por dónde empezar
para llegar a ningún lado.



¿qué te hace feliz?
(no te estoy preguntando qué te gusta,
te estoy preguntando qué te hace feliz.)
lo que te hace feliz duele. tira. necesita más de vos. 
miedo
¿miedo? ¿miedo a qué?
a todo.
mentira.

cómoda.
miedo a seguir sintiéndome
cómoda.
miedo a lo estático.

miedo a seguir igual,
siempre.

miedo a no cambiar más.
miedo a lo estático.
miedo a ser fósil.

4.11.12

un té de carqueja

ese sabor amargo
de doler historias ajenas
y marchitar el presente
contando imponderables

3.11.12

entre vos
y la sombra
de tu sombra,
un océano.


2.11.12

a veces me causa gracia la elegancia con la que te olvidás la mitad de lo que te digo.
o cómo lográs que no tenga peso ni forma ni causa ni efecto.

1.11.12

y que subía
por una escalera
y tu brazo hacía
de baranda.

y arriba,
al llegar,
un abrazo
de panza,

soñé

23.10.12

no te puedo leer
más.  (o nunca)
y te codifico
los ojos, las ganas.

26.9.12

ella colecciona.

miradas,
palabras,
escenas.

las guarda en cajitas,
y cajones, en estantes
y carpetas.
no hay palabras,
ni un sólo rótulo.
sólo imágenes y
viento.

se arma un museo
de viejos cuadros
que se entumecen con el tiempo.

a veces lo recorre,
pincel en mano, y
con la mirada perdida.
busca, sigilosa,
hasta encontrar;
un capa de color
arriba de muchas capas
que no hacen más 
que desdibujarlo.

a veces andan sueltos,
correteando,
llamando la atención
o quizá 

buscan la salida.

pero ella duerme con un ojo abierto.
nada se le escapa.
todo se apila, se sedimenta


todo se corroe.

29.8.12


El otro día me di cuenta que estaba viva.
Y me sentía rara. Lejana.
Como si en algún momento, sin notarlo,
hubiese avanzado una mitad mía,
dejándome atrás.
Separándose en silencio,
sin adioses ni promesas,
sin nombres,
sin mi.

Me fui sin mi;
y no me acuerdo
quién era.
Ni quién soy.

El otro día me di cuenta que estaba viva.
Me desdoblé ahí nomas
y me miraba
(desde arriba)
mirar…. todo.
Con ansias,
con ganas de
devorar imágenes,
colores,
luces,
sonidos.

Con toda esa vida afuera
pidiéndome entrar.
Con el sol de frente
obligándome a sentir,
a volver.

Y yo quiero,
volver.

¿Dónde?

8.8.12


Las tardes de lluvia me hacen acordar a Salto.
A Salto, en un sillón al semi reparito,
con una hendijita de la puerta-ventana abierta.
Todos juntos, en silencio; viendo cómo caen los segundos.
A que la luz se cortó y ahora qué.
Es hora de siesta en Salto y se nos fue la luz.
Y llueve.
Con la lluvia te das cuenta
que algo más que vos pasa en este mundo.
Te detenés;
y te sentís parte de un todo…
un todo que llueve con vos.

El sonido; es el mismo… siempre.
Y volvés.
Llueve y me siento viva.
Me siento acá.
Y allá. Pero una.

26.6.12

esos días,
que de tan largos
parecen semanas,
que cuando terminan
no sabés ni
qué-dónde-cuándo,
que se mezclan
de personas y lugares
de sabores y colores,
que te cansan tanto
que te llenan de energía.
y te vas a dormir
queriendo despertar.

me encantan

1.6.12

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

3.9.11

fireworks


play

Efímero,
ése instante,
en el que lo es
todo.
La noche abre paso a su momento;
belleza disgregada abrazando la eternidad.


Esencia auto-destructiva
ansiosa de tomar vuelo

sólo
para consumirse
en silencio.


Inmaterialidad mágica.
Opaca, con su inmensidad,
pasado,

futuro


Sólo presente...
y el vacío.

21.1.11

(Caminantes) i

(Cuentos Autónomos Mínimamente Inventados Nunca Antes Narrados Tremendamente Experimentados Socialmente)


Estaba parada en la barrera del tren, esperando a que pasara. Pasaron 2, 3, 4 hombres apurados, con desesperación aparente por llegar al otro lado. Yo, quieta, los miraba pasar mientras pensaba qué rápido que una vida se puede ir y qué tan poco hay que hacer para impedirlo. El tren no apareció. Llego una señora cantando con sus dos hijas. Se detuvo sonriente y después de un segundo siguió como si la barrera baja significase poca cosa. Los miré desde lejos, pensando que ahí viene el tren, que no venga el tren, que no vino el tren… y por fin se levantó la barrera y crucé con cierta inseguridad… pensar que ahí mismo, segundos antes, pasaba un gigante de hierro… Apuré el paso.
En una calle desolada, como es Acha, que no pasa ni media alma partida, había tres caminantes. Era cómico ver cómo caminaban, uno atrás del otro, sin cruzar ni una palabra, una mirada. Lo común en esos casos era que, al rato del encuentro poco trascendente, se fueran separando, de a poco, en una esquina, una puerta… pero no; siguieron juntos. Al principio lideraba la marcha una joven que, a paso acelerado, iba esquivando ramas, baldosas flojas y todo lo que podría haber en su camino. Pero, de a poco, se fue quedando atrás, pensativa. Los dos señores formaban parte de una pelea muda en ver quién llegaba antes al final de la cuadra.
En medio de esta caminata contra tiempo, y ahondándose cada vez más en sus conflictos internos, ella sonríe. Pero, entendamos esto: era lo que puede llamarse una sonrisa desesperada, cínica. Pensar en cosas de cosas en medio de tanto silencio la había hecho recordar y no podía evitar la tristeza. No quería llorar… por eso había sonreído. Pero, como siempre pasa cuando alguien desea con todas sus fuerzas no hacer algo, lloró. Y aunque no se le escapó ni un sonido -porque su llanto no era de palabras sino de corazón herido y el corazón a veces calla- los dos caminantes lo sintieron. Y ese sentimiento quedó atrapado, porque el dolor crecía y ninguna de las dos almas que la acompañaban le quiso prestar atención. Yo tampoco. Por eso la miro desde afuera. No me quiero acercar. Porque me da miedo. O, quizá, como a ellos, tal vez no me importe. Ella se entristeció más, se sentía chiquita, imperceptible… y avanzó con tal coraje que pasó a ambos y caminó sola, a paso apresurado, por un Buenos Aires inhóspito y lejano a ella.

13.2.10


A veces me siento un poco como las Vírgenes Suicidas… esa sensación de soledad encerrada en sí misma… de un volcán a punto de ebullición, la libertad en la punta de la lengua, arañando por salir… el aire que se va antes de que pueda respirarlo, profundamente, con todo mi ser… Siento cómo todo lo que me rodea me pesa, me aplasta… el aire no es más que polvo y calor… calor y polvo. Me envuelve y contrae mi pecho… mi respiración se desacelera, tratando de no desperdiciar pureza. Miro… miro esa silueta borrosa que es mi ventilador y entonces siento una brisa, cada tanto, que me deja seguir pensando… Porque es tanto, y tan grande, lo que se cierne sobre mí, que sólo puedo pensar… Y hasta la mente tiene un límite y deja paso al sueño… pero ni en sueños estoy tranquila… Me persiguen imágenes, nuevas y viejas… Todo vuelve… recuerdo cosas, recreo otras… y siempre esa maldita vocecita que piensa, piensa… Quiero que se calle. Quiero sentir sin pensar. No quiero respirar; que todo esté en silencio. Sólo quiero escuchar mi corazón palpitando en mi oreja. En mis manos. La sangre moverse, adentro mío, delicada… casi imperceptible. Ver a través de mis párpados la nada, una oscuridad inmutable… Quiero sentir el peso de mi cuerpo, de mi existencia… toda preparada para elevarse y, a la vez, atada a su sombra. Quiero, sólo por un momento, sólo de cuando en cuando, respirar… paz.

8.8.09

Hoy de vuelta tuve esa sensación de… “desprendimiento”. Es como si tu cuerpo se quedará mirando, inmóvil, cómo un pedazo suyo sale flotando. Y el pedazo te mira. Y sigue conectado con vos, de alguna forma. Y te describe mejor de lo que cualquiera lo podría haber hecho en ese momento. Y espera a que reacciones, a tu primer movimiento. Pero a la vez sabe con exactitud cuándo va a suceder.

En ese momento estás paralizado. La mirada fija. Tu cuerpo se hunde… se va desarmando en suspiros. Y te preguntás por qué…