28.12.16

Calar papel, para mí, es una forma de meditación. Empiezo dando vueltas, observando el papel… percibiendo texturas, marcas… Y me dejo llevar, sin pensarlo mucho, por esa voracidad que me invade frente al papel en blanco. No hay errores; sólo líneas que se convierten en otras, en una metamorfosis permanente, donde todo es posible y todo está bien. Es un espacio de juego, de libertad. Las reglas las ponés vos. La regla es que no hay regla. El error como desafío, dentro de una búsqueda constante e infinita. Una danza de forma, contraforma, luces y sombras.

8.12.16

Sonreí, cómplice de la vida, al ver por la ruta el cartel desgastado de un vivero rezar “vive”. Me iluminé por el poder de la causalidad.