25.11.14

En Nymphomaniac de Lars von Trier el padre de Joe le dice:
“It’s actually the souls of the trees that we see in the winter.”

Quizá es eso. Siempre me interesó más lo oculto, lo enterrado, que la imagen voluptuosa de la felicidad efímera. Más real, tal vez, o por lo menos más integral en la configuración de un ser. Quizá ahí reside mi fascinación con los árboles. Esa desnudez que trasluce el paso del tiempo. Que es acción y huella. Que duele, porque está vivo. Porque cambia, crece, se quiebra, estruja, resquebraja… pero sigue. Siempre, sigue.

14.4.14

Estaba esperando el momento en que dejara de crecer,
en el que fuera mi yo final,
para encontrarte. 

Tener todo resuelto,
poder definirme; 
poder verme desde todos los ángulos, 
idéntica a mí misma. 
Coherente conmigo misma, 
un todo cerrado, 
hermético. 
Indisoluble. 

Infalible.

Quiero poder pararme en frente tuyo sabiéndome sincera,
sabiendo que no voy a romper la promesa de ofrecerme así, 
para siempre así.

Pero no puedo prometer lo eterno. 
Lo estático.

No te miento. No te quiero mentir.

Me miento al no mentirte,
porque en el fondo 
quiero que sea verdad. 
Quiero poder confiar en mí. 

Como si yo fuese siempre una...


Siento qu e   m e     e v   a  p o   r     o   .

21.1.14

hay como una cuestión con los nombres
como un maleficio
una repetición infinita
-¿o simétrica?-
un deseo latente, insaciable

personas que se repiten
se repite la silueta,
el contorno que envuelve,
lo superfluo,
lo estúpido,
envuelve lo que es disímil
pero sin embargo idéntico
por sonoridad
por sombra.

son hilos que entretejen
que me atraen
hacia ellos, terribles
erres y efes y jotas
que se burlan
por esa danza maléfica
que me arrastra

y me deja varada,
los hilos cortados,
la ruta vacía
las erres, las efes, las jotas,
sólo letras vacías,
carentes de significado
carentes,
sin ente

sombras,
persigo sombras