29.8.12


El otro día me di cuenta que estaba viva.
Y me sentía rara. Lejana.
Como si en algún momento, sin notarlo,
hubiese avanzado una mitad mía,
dejándome atrás.
Separándose en silencio,
sin adioses ni promesas,
sin nombres,
sin mi.

Me fui sin mi;
y no me acuerdo
quién era.
Ni quién soy.

El otro día me di cuenta que estaba viva.
Me desdoblé ahí nomas
y me miraba
(desde arriba)
mirar…. todo.
Con ansias,
con ganas de
devorar imágenes,
colores,
luces,
sonidos.

Con toda esa vida afuera
pidiéndome entrar.
Con el sol de frente
obligándome a sentir,
a volver.

Y yo quiero,
volver.

¿Dónde?

8.8.12


Las tardes de lluvia me hacen acordar a Salto.
A Salto, en un sillón al semi reparito,
con una hendijita de la puerta-ventana abierta.
Todos juntos, en silencio; viendo cómo caen los segundos.
A que la luz se cortó y ahora qué.
Es hora de siesta en Salto y se nos fue la luz.
Y llueve.
Con la lluvia te das cuenta
que algo más que vos pasa en este mundo.
Te detenés;
y te sentís parte de un todo…
un todo que llueve con vos.

El sonido; es el mismo… siempre.
Y volvés.
Llueve y me siento viva.
Me siento acá.
Y allá. Pero una.